San Sebastián, la fe trashumante. 

Las Ovejas, Neuquén. 

Cuando llega Enero a la tierra de las cuatro Banderas, el pueblo de esas montañas comienza a vivir una verdadera fiesta de fe.
Las Ovejas está ubicado al norte neuquino, un pueblo joven, que nació junto a doña Tocha, y no tiene más de 3000 habitantes. Este es el lugar del reencuentro de miles de peregrinos, crianceros, paisanos y trashumantes cordilleranos, que llegan para agradecer al Santo por las bendiciones recibidas durante el año transitado en chalitas.
La devoción hacia San Sebastián es tan joven como el pueblo. En la década de los 40 la imagen llegó gracias a las plegarias de Lucia, trashumando desde Yumbel y su fiesta es multitudinaria, siendo así, la fiesta patronal más importante de Neuquén.
Desde la cordillera del viento ya se siente el rezar de los promesantes, que comienzan a llegar a caballo, sencillos, en una cabalgata que no tiene fin, y así, el pueblo de las cuatro Banderas multiplica su población por varios días.
Bajo el cielo habitado de misterios, la noche es protagonista, y con el aire fresco de la montaña, da inicio la velacion. Con antorchas construidas durante el año, es la hora de pedirle a San Sebastián la protección y bendición para una nueva trashumancia. Las luces de las velas son interminables por las calles, como las estrellas reflejadas sobre el Epu Laufquen.Las cuecas y rancheras suenan más fuerte en los patios, la fiesta nocturna no tiene horario de finalización, porque el día 20 es feriado, y los bares y cantinas reciben cada vez más público.
El día llegó, el amanecer más esperado por miles de fieles está entre nosotros y la imagen del Santo emprende su procesión, un caminar infinito sembrando Ave Marías y agradeciendo los años de trashumancia difíciles, transitados en chalitas por los caminos del hambre, el frío y la soledad de la montaña. Ésta vez el lugar de llegada es la gruta de la familia Sepúlveda en Charra Ruca. El almuerzo comunitario bajo el coiron es gratis para todos y el asado aroma el ambiente, los alimentos son mandas de los promesantes en forma de dar gracia.
La fiesta llega a su fin, y todos vuelven con su fe trashumante hacia sus hogares, sus puestos, su lugar en la montaña, en la cordillera del viento.
Fotos: Maria Cuevas,  Ana Peker, Vero Aguilera.
© 2016 Lucas Poblete Fotografia, Iglesia - San Juan Argentina
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